Necesito que me escuches. Mi cabeza no da para más, siento
que me estoy volviendo loca, y aunque cada mañana que me levanto me propongo
pasar de ti, que tú no eres para mí, no sé, es imposible. Y por esto, necesito
que dejes de sonreír ¡No soportaría verte otra vez más sonreír! Necesito
que sigas sabiendo poco de mí, quiero que dejes de estar al alcance de mi
vista, por favor. Y sé, que no, que no y que no... Que no puede ser, que esto
pronto se acabará, y tú y tu puta sonrisa os iréis a casa y con un poco de
suerte yo no iré detrás.