martes, 8 de febrero de 2011

“Los peces de colores sólo tienen tres segundos de memoria, ¿lo sabías? Si tardan 3 segundos en rodear la pecera todo es nuevo otra vez, cada vez que dos peces se ven, es como la primera vez. Es como si fueran humanos, como cuando nosotros nos enamoramos, es como si fuera la primera vez. Una reacción química nos hacía olvidar los recuerdos dolorosos de la última ruptura y decimos: ¡vaya!, esto es genial, es nuevo, esto es diferente.
Creo que en cierto modo, en lo que respecta al amor, nos parecemos un poco a esos peces. Conocemos a alguien, sufrimos, lo pasamos mal…. Y al cabo de un tiempo, cuando creemos estar recuperados, damos la vuelta a la pecera y volvemos a caer…
Y es que somos racionales para todo menos para eso, si vamos por un camino y vemos una piedrecita, la primera vez tropiezas y te caes, la segunda, te acuerdas de que esta ahí y la esquivas, pero en el amor no, en el amor volverás a tropezar con ella una y otra vez y lo peor de todo, es que a veces, ni siquiera te das cuenta…
A mi la verdad que no me gustaría ser un pez, porque ellos no tienen recuerdos, en cambio nosotros, a pesar de las caidas, siempre podremos recordar los momentos felices que las precedieron… 

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